
Recapitulando, la
única solución a lo que te pasó es la muerte. Por eso Dios envió a su hijo a
morir por ti. Literalmente Jesús tomó tu lugar. No tienes que morir tú, El ya
murió para que tú pudieras vivir.
Querid@ Amig@,
Dios no sólo envió a su Hijo a morir por ti; Él vino a hacer todo nuevo en ti. Él
puede devolverte lo que perdiste. Dios
puede y va a regresarte la alegría y la vida que perdiste. Con Él todo es
nuevo.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí TODAS son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
TODO es hecho
nuevo. Incluso tu pureza? Si! Incluso tu pureza. Dios te da una nueva
virginidad espiritual. BUENAS NOTICIAS: Quizás físicamente no pudiste llegar
virgen al matrimonio pero si llegarás pur@ y limpi@ al altar. Nunca más te
vuelvas a llamar sucio o impuro porque Dios te ha purificado.
Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro. Hechos 10:15
Quiero resumirte otra
historia que se encuentra en la palabra de Dios, específicamente en el segundo
libro de Samuel capítulos 4 y 9.
Es la historia de
un príncipe de 5 años llamado Mefi-boset. Su abuelo, el rey; y su padre, el
príncipe, habían muerto en guerra. Asustada, la niñera salió huyendo con el niño
y al correr se le cayó y quedo cojo. Fue
un príncipe que perdió todo y quedo cojo para toda su vida por la culpa de
alguien más.
Detente a pensar
un momento: ¿Te sientes así? ¿Coj@ de por vida por la culpa de alguien más? ¿Lisiad@
de por vida por el descuido de tus padres? ¿Quizás por una madre que prefirió
creerle a su marido que a ti? ¿Arruinad@ de por vida luego de ser abusad@
sexualmente? ¿Tullid@ de tu corazón por
manoseos e intentos de violación sexual?
Dios quiere sanar
tu corazón hoy. Dios quiere quitar ese odio que por años ha gobernado tu
corazón. El resentimiento hacia unos padres que ignoraron tu situación o que
prefirieron ignorarla mientras tú crecías muert@ en vida.
Préstame tu
atención un minuto más y sigamos con la historia: Varios años después, el Rey
David, rey sucesor del abuelo de Mefi-boset, lo mando a buscar y a llamar en la
tierra de Lodebar (que no por casualidad significa tierra seca, tierra de
dolor). Luego lo trajo al palacio y hablo con Él. Lo que le dijo el rey al
muchacho lisiado, Dios quiere dedicártelo hoy a ti:
“No tengas miedo, yo voy a cuidar de ti. Voy a
devolverte todo lo que perdiste y de ahora en adelante comerás en mi mesa”
Quizás
la reacción de algunos sea igual que la del joven cojo que dijo: “¿A qué se debe que me trate así? ¡Un perro muerto y yo somos la
misma cosa.”
Si tú
también respondiste así, hoy quiero decirte que Jesús, el Rey de Reyes, quiere
que te vuelvas a sentar a la mesa. Quiere regresarte el lugar que perdiste,
quiere que vivas como uno de sus hijos. Dios quiere lavarte y limpiar cada
parte de tu corazón y tu cuerpo. Sólo acéptalo como tu Padre, acepta hoy
sentarte a la mesa con El y vivir como uno de sus hijos. No importa que tan
sucio te sientas, hay nuevas ropas para ti. Un nuevo hogar a su lado. Ya no
tienes que regresar al lugar de donde saliste.
Por favor no te
pierdas la tercera parte. Es cosa de vida o muerte! Si quizás este artículo no
era para ti por favor compártelo. Hay alguien en Facebook que esta deseperad@
por leer estas palabras.
Autor: Luis
Andrade
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