Querido Diario, hoy abrí
la Biblia y encontré un versículo que me dejó helada y me
puso a pensar:
“Y
vio Jehová que Lea era menospreciada…” Génesis 29:31
Wow!!! Y lo más
sorprendente es que era menospreciada por el amor de su vida, “su esposo”
(Jacob), dice la Biblia que Jacob amó más a Raquel (su hermana menor) que a
Lea. ¿¿Sabes?? Menospreciar es tener a una persona menos de lo que es o lo que
merece. Es degradarla, ignorarla y humillarla.
Cuando leí esto, en ese
momento me transporté hacia ella. Pude ver sus lágrimas, pude ver sus noches
lamentando el desprecio y humillación de que la persona que amas te vea de
menos. Por un momento pude estar en sus zapatos. Y sentí su tristeza y desdicha
y sobre todo su soledad.
¿Te has
sentido así de miserable? Porque yo sí. Recuerdo que desde muy pequeña me
llamaban una “buena para nada”, que no llegaría a ser nadie, recibía solo
golpes como símbolo de corrección, crecí con un padre al que sólo miraba cuando
necesitaba dinero y crecí sintiéndome la más sola y menospreciada del planeta.
Cuando me veía al espejo solo veía a las más fea de todas, solo me veía gorda,
narizona, ojos pequeños y una boca panda. A pesar de todo eso, yo me hacía la
fuerte ante los demás; empecé a despreciar a los demás y a reírme de otros, a
salir con “los chicos malos” de la clase, los que me despreciaban todavía más.
Ya no tenía motivaciones, no me atrevía a hacer las cosas que me apasionaban y
le veía el lado malo a todo. Y mi situación empeoraba porque aunque daba a
entender que me valía todo o lo que pensaran los demás, me aterraba pensar que me
quedaría sin “amigos”, y hacía de todo por caerles bien, hacía cosas que no
debía como drogas, fumar, tomar, criticar a los que considerábamos “los patos”
y realmente empecé a ver en los demás lo que veía en mí: “Pura Fealdad”.
Lo curioso
del caso de Lea es que en ningún versículo cuenta su historia o dice lo mucho
que sufrió, solamente se ve que los demás la despreciaban. Pero también me di
cuenta de que en el mismo versículo dice: “Y vio Jehová...” Cuando vi esta
parte del versículo me pude dar cuenta de que todas las veces que había llorado
en mi cama por sentirme terriblemente sola, que mi papá me vio como una carga,
que uno de mis novios me dijo que era fea, que mis “amigos” me dejaron en los
momentos más difíciles, las veces que mi madre por trabajar no me escuchó, todas
esas veces Dios me vio. Y al escribir esto estoy llorando, porque a veces
pasamos por todo esto y no nos damos cuenta que Dios nos ha visto sufrir en
silencio, nos ha visto las veces que hemos querido terminar con nuestra vida
por ser menos que los demás y Él nos da un regalo. Él nos recuerda esto:
“Y
Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios” Génesis 1:27
Doble Wow! ¿Te imaginas?
¡Somos la imagen de Dios! Es decir que, cada vez que te has visto de menos, has
visto de menos a Dios; cada vez que te has sentido sola, has menospreciado su compañía;
cada vez que le das importancia a lo que los demás piensen de ti, menosprecias
su opinión; cada vez que prefieres lamentarte sola de tu desdicha menosprecias
conversar con Él; cada vez que te pones a escuchar música melancólica porque te
sientes mal, menosprecias su consuelo y menosprecias descargarte en Él en
adoración. Auuch! Eso a mí si me dolió.
Y todavía no termina,
Dios me guio hacia otro versículo:
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
todo tu ser y con toda tu mente” le respondió Jesús. Éste es el primero y el
más importante de los mandamientos. El
segundo se parece a éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” De estos dos mandamientos dependen toda la
ley y los profetas.” Mateo 22:37-40
El segundo mandamiento más
importante me manda a amar a mi prójimo. ¿Cómo? ¿Y mi dolor? ¿Y todo lo que he
sufrido, qué?
Querido diario, he
sufrido abandono, rechazo, críticas, que me vean de menos, humillación pero lo
que Dios me ha enseñado en estos dos versículos es que he sido una egoísta, me
he preocupado solo por mí, me he auto conmiserado y dejado de lado lo que él
quiere de mí.
Tal vez alguno que lea
esto no crea en Dios o en lo que la Biblia dice; Dios me puso literalmente en
mi corazón este versículo para ti:
“Y
no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce
a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré
más de su pecado.” Jeremías
31:34
Mis padres, los
psicólogos, maestros, todo mundo decían que yo tenía baja autoestima, pero Dios
me dice que para amarme debo amar a los demás (“Ama a tu prójimo como a ti
mismo”), que para tener “autoestima” debo preocuparme por otros. Y no sólo eso,
este es un mandato de Dios, un mandato es una orden, por lo que Él nos ordena a
amarnos a nosotros mismos para poder amar a los demás y amar a los demás es
amarnos a nosotros mismos. En la Biblia no menciona que para amarte debes ser
delgado o ser físicamente bien parecido o no tener acné o ser perfecta. ¿Cómo
me doy cuenta que me amo a mi misma?
“En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo para que fuera
ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos,
ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los
otros. Nadie ha visto jamás a Dios, pero
si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros
su amor se ha manifestado plenamente.” 1 Juan 4:10-12
La
respuesta no es buscar en los hombres el amor o buscar ser amada por otros. En
un segundo Dios me acaba de borrar todo mi sufrimiento y me ha dado un nuevo
amor propio, el verdadero amor: “Dar tu vida por los demás”, “Amar a los
demás”.
¿Y qué paso
con Lea? Bueno, Lea tuvo un final feliz, sí la fea, la menospreciada tuvo un
mejor final que Raquel “la supuesta favorita”. Leamos el versículo completo:
“Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le
dio hijos; pero Raquel era estéril.” Génesis 29:31
No es que
Dios vio de menos a Raquel, pero Dios siempre se glorifica en tus debilidades y
Lea llegó a dar a luz a las tribus de Judá y Levi (Israel) y de Judá salió el
Rey David y de él salió Jesús. Ella llegó de ser bendecida por Dios al bendecir
al mundo.
Dios ve tu
sufrimiento pero te da la solución “amar a los demás” y por añadidura Él te
bendecirá, no te dejará de lado y llegarás lejos. Si tienes a tus padres o no,
eso no importa pues Él siempre estará a tu lado. Ya no te sientas más
menospreciada o menos que los demás porque eres tan valiosa que vales la sangre
de Cristo, de tu creador. Supera tu pasado en Él y no volverás a ser la misma.
Yo no he
terminado mi historia, pero he comenzado a hacer mi final feliz junto a Dios.
Me casé con el amor de mi vida y él me ama. Y tengo a una princesa llamada
Alessia de 2 meses y 1 semana de vida. Mi final feliz recién empieza y Dios lo
esta escribiendo por mí.
Si este artículo
te toco te pido que hagas esta oración:
“Dios,
perdóname porque he comprendido que he sido egoísta. Reconozco que tú has
estado conmigo en todo este tiempo y que eres mi salvador. Quiero recibirte en
mi corazón y quiero recibir esa paz y ese consuelo que solo tú me puedes dar.
Ayúdame a amarme a mi misma para poder amar a los demás. Reconozco que no se
amar, enséñame a amar. No quiero ser la misma, no quiero volver a derramar
lágrimas por el pasado, ayúdame a ver hacia adelante. Amén”
Que esta
oración sea el comienzo de una nueva vida para ti. ¡Dios te bendiga y guarde
siempre princesa!
Diario, a
ti mañana te vuelvo a escribir :)!
Escrito por: Gabriela de Escalante
Este artículo es PROPIEDAD INTELECTUAL DE DIOS así que tienes todos los
permisos para copiarlo, imprimirlo, enviarlo a un amigo, ponerlo en otro sitio
de internet, etc.
Para cualquier comentario, duda, testimonio, saludo, etc. puedes
enviarnos un correo a dudas_doubts@hotmail.com
Para recibir más notificaciones de nuevos artículos puedes encontrarnos
en Facebook AQUÍ!